martes, 10 de agosto de 2010

REGALO DE NAVIDAD

Era navidad, el viento soplaba frío, la nieve caía en abundancia. Peter iba camino de casa, ya tenía ganas de llegar, tras otro día aburrido y agotador en la oficina. Ya soñaba despierto con volver a ver a su esposa e hija. Quedaban dos días para las vacaciones. Se sentía satisfecho, ya había comprado todos los regalos para la familia; un collar para su esposa y una casita de muñecas para la niña. Iba cabizbajo, absorto en sus pensamientos, cuando sin darse a penas cuenta, vio en el suelo lo que parecía una pistola. Se paró y la tomó en sus manos, sin estar seguro si era de verdad o de juguete. Por el peso parecía de verdad, sacó el cargador y estaba vacío, pero había una bala en la recámara. No sabía que hacer con ella, dejarla donde la había encontrado o entregársela a algún policía. Miró a su alrededor dándose cuenta que estaba a la puertas de la iglesia de su parroquia. Las puertas se abrieron y vio salir unos niños felices, riendo, gritando...y tras ellos salía el cura, el mismo que años atrás le había retenido tantas y tantas tardes después de los ensayos del coro. No pudo dejar de mirarlo al mismo tiempo que se iba acercando hacia él. El cura se dio cuenta y también se quedó observándolo.


-¿Puedo hacer algo por usted?- le preguntó el cura. Automáticamente levantó la pistola y le apuntó.

-¡Dios mio!Dios mio!Que haces hijo?¿Que quieres?- Se produjo un largo silencio.

-Eres el padre Jeremías, ¿verdad?- El cura asustado, no sabía que pensar ni que decir.

-Hijo, ¿te conozco?¿que quieres de mi?

-Habrán pasado tantos y tantos, que difícil sería que te acordaras de cada uno. No importa quien soy yo, lo que importa es quien eres tu.- Seguía apuntándole. El cura se postró de rodillas y rompió a llorar.

-Hijo, sea lo que sea que te he hecho, te pido perdón.

Estaba dispuesta a disparar, empezaron a pasar por su mente imágenes, ideas.

-Si matase a este cura ¿acabaría con el hambre, con la injuticia, con el racismo, con el machismo, con las torturas, la guerras, las violaciones, la pobreza y con la violencia en general? Pues no.
Bajó la pistola tirándola en la nieve y se fue caminando. Solo pensaba en volver a casa y abrazar a su mujer y a su hija. El cielo estaba cubierto de nubes y de pronto entre ellas se abrió un espacio y le cayó un rayo de luz; y mirando hacia arriba vio el cielo, vio las estrellas, vio la galaxia, vio los universos, vio el sol. Vio toda la gloria de Dios, por un momento sintió lo que no había sentido jamás en su vida. Volvió donde había dejado la pistola y la volvió a coger. El cura seguía de rodillas llorando. Pensó en su mujer , en su hija y la maravilla del mundo...y se metió el barril de la pistola en la boca.

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