martes, 10 de agosto de 2010

SOLEDAD

La soledad, la gran enfermedad de nuestros tiempos, está de moda como el cáncer: ambos vienen por la noche, poco a poco, hasta que te atrapan. La soledad es muy difícil de diagnosticar; no quiere decir que no tengas familia, amigos o conocidos. No demuestra señales externas, puedes seguir saliendo de fiesta, de juerga, puedes tener pareja, incluso estar casado con hijos, pero la soledad se mantiene ahí sin ruido, silenciosa, pero vencedora. Es la soledad del alma, la soledad desde lo más profundo, estar solo rodeado de un centenar de personas, estar solo en tu corazón y en tu mente, estar solo en ti mismo. Tus pensamientos son solo tuyos y no hay nadie a quién puedas transmitirlos. "Vivimos como soñamos, solos". Coge fuerzas de que todos a tu alrededor pasan lo mismo, a un nivel u otro, pero no lo declares en voz alta, la sociedad no está preparada para ello y te castigará. Aguanta, sonríe y ofrécele una copa a tu invitado, igual que hicieron tus padres, tu abuelos, lo mismo que han hecho los millones que han venido y sufrido antes que tú.

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