Par no variar, la conocí un día de verano en la playa, me quedé
boquiabierto; era todo con lo que había soñado.
Rubita y además tenía dos brazos y dos piernas..estaba completa. No sabía que hacer, ni que decir, si andar para delante o para atrás. Era el famoso flechazo, la amaba.
Me acerqué más a ella y ¡oh!, me di cuenta que era un hombre rubio y con barba. ¡C´
est la
vie! ¡Qué bromas nos gasta la vida!
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